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sábado, 4 de agosto de 2018

Carta abierta para Luciano




Carta abierta para Luciano
(autora:  María Alejandra Vidal Bracho)
Sabes, hay algo que te quiero contar: en un lugar invisible, en el cual yo era incorpórea, tomé varios acuerdos para cumplirlos cuando viajara hasta esta tierra, a cultivar mi amistad contigo.
Para comenzar, alguien muy hábil me fabricaría de un bello material, me daría forma de infinito y pondría sobre mí un conjunto de cuerdas serenas, vibrantes, y permeables al verdadero talento, de tal forma que al ser pulsadas por alguien como tú, Luciano, reproduciría notas musicales tocadas a la perfección, en esta realidad. Pasaríamos muchos días  juntos; llegaría a tu vida en una linda ceremonia, como premio para ti.  Nos convertiríamos en cómplices, aliados, grandes amigos; sólo tú, la música y yo. Pero había algo más; sé que debí decírtelo antes, pero no fui capaz de hacerlo, de advertirte que mi vida, en el plano físico, tenía fecha de término con un hecho violento; además de acompañarte en tu desarrollo como músico, yo hice un pacto especial  con unas almas muy tiernas que, en el momento de arribar a la vida terrenal, olvidarían su bella ternura y se comportarían de un modo inusual, para que también tú aprendieras que, lamentablemente, existe el mal.  Ellos estarían a cargo de mi destrucción física para que tú pudieras desarrollar la dádiva de la compasión hacia los agresores; lograras, con dolor, entender que, a veces, los buenos, igual, se comportan mal.  En amnésico estado, ellos debían accionar como lo hicieron, en forma violenta, incorrecta, inconsciente; pero tú, Luciano, ahora debes perdonarlos, porque era parte del acuerdo; todo se dio como se tenía que dar; yo he vuelto al lado invisible y desde aquí te prometo que pronto, en tu noble alma, encontrarás la paz, más música y, asimismo, salvarás a otra guitarra que, sin ti, no viviría su vida en plenitud;  al cobijo de tu talento se convertirá en poesía audible a través de notas musicales pintadas en el aire,  con total belleza y precisión, por tus manos dotadas.
Luciano, tú vas a emigrar lleno de luz hacia otros instrumentos, a una nueva amiga como yo, quizás, pero siempre estaré a tu lado, aunque tus ojos físicos no me vean ya, los de tu alma sí me verán.
Con eterno amor para ti,
Tu guitarra